La verdadera escuela es la vida – Horas de enseñanza dadas desde la Sabiduría divina

Aprender para la vida

Con cada despertar por la mañana, comienza un nuevo día – y una nueva lección en la escuela llamada «vida». Nuestro maestro somos nosotros mismos. Cada situación del día – cada conversación, cada encuentro, incluso cada dificultad – quiere hablarnos y mostrarnos qué paso podemos dar para convertirnos en una persona libre y feliz – con la ayuda de Dios en nosotros.

  • Mantén la tranquilidad interna en cada situación.

  • La fuerza redentora del Cristo de Dios en nosotros.

  • Cuando la película de la vida va retrocediendo.

  • Cada cual forja su destino.

  • Mis pensamientos, los colonos.

  • Aprende a vivir con la naturaleza y los animales, así aprendes a comprenderte mejor y también a tu prójimo.

  • Bienestar y vivir feliz. Cada día puede ser un beneficio para la vida.

  • Salud y felicidad están en tus manos.

  • El subconsciente que nos hace enfermar y la vida.

  • El Dios que habla.

  • ¿La muerte, la muerte, o: La muerte, la vida?.

  • Aprendemos a focalizar.

  • Aprender a amar, ganar libertad, ser feliz.

  • Armonía es la vida de la empresa.

  • ¿Qué es libertad? ¿Con qué nos la hemos quitado? ¿Y cómo la podemos recuperar?.

  • Aprender verdaderamente eleva nuestra existencia a una ganancia de vida.

  • La persona nueva. ¿Cómo puedo ser fiel a mis propósitos?.

  • Tómate la libertad. Libérate - sé libre.

  • El teléfono de Cristo - Cristo en Mí, Cristo en mi prójimo.

  • Cristo, el poder del amor, vive en nosotros.

  • En la Ley de Dios vivimos libres. ¡Date prisa, o déjate tiempo para la eternidad!.

  • Aprendamos a cuestionar.

  • La Ley de la analogía.

  • Reencarnación y renacimiento en espíritu.

  • El embotamiento de la tradición y el despertar en Cristo.

  • El amor a Dios y al prójimo conduce a la consciencia de la unidad.

  • Vivimos peligrosamente en la ley causal, en la ley de Siembra y cosecha.

Las leyes divinas cósmicas y eternas que también se encuentran en los Diez Mandamientos de Dios y en el Sermón de la Montaña de Jesús, el Cristo, no son nada abstractas ni ajenas al mundo. Nos enseñan, por ejemplo, a tratar a cada persona como nos gustaría ser tratados. Nos enseñan que hay que ser pacíficos incluso en nuestros pensamientos, el amor a Dios y al prójimo, y también la comunicación con lo divino, con la vida en las plantas y los animales.

Las enseñanzas de la Sabiduría divina nos aclaran muchos aspectos de la vida cotidiana. Nos ayudan a reconocernos y a orientarnos a los mandamientos de Dios en cada situación, para desarrollar un buen carácter y acercarnos cada día más a «Dios en nosotros, y nosotros en Dios», porque: ¡La verdadera escuela es la vida!